En el interior
de la posada nadie ha echado de menos a Harmish Flores, el grupo se sienta a
una mesa y una rolliza camarera se
presenta como Marta, la dueña del local, junto a ellas otras tres mujeres se
afanan en atender a los clientes.
-¿Hay alguna habitación disponible?- Pregunta Thomas
-Todo está ocupado señores, solo queda hueco en la
sala común.- Sonríe Marta.
-¿Seguro que no queda ninguna libre?- Insiste el
chico mientras muestra una brillosa en la mano.
-No tengo por costumbre molestara mis huéspedes,
mucho menos a siete mercenarios armados que han pagado por adelantado. No hay
ningún otro sitio donde alojarse por los alrededores así que los señores
dirán…- contesta impaciente.
-Comida y cerveza para todos.- gruñe Barack.
Thomas paga con
una corona de oro que nos ha entregado Rokatanski para correr con los gastos
hasta llegar a Altdorf, teniendo en cuenta lo que come el ogro está claro que
lo suyo no son las matemáticas. Mientras nos sirve un plato de estofado le
pedimos a la camarera que nos prepare unas viandas para mañana y nos enteramos
que los hombres armados llegaron a caballo a última hora de la tarde, son
extranjeros y se dirigen hacia el sur. Últimamente muchos soldados de la casa
Dannet están viajando hacia el sur. No habrá diligencia alguna antes de tres
días.
Tras llenar
nuestras barrigas nos arrebujamos en la esquina mas apartada y disponemos las
guardias para dormir un poco. Seguimos en territorio Dannet, probablemente los mercenarios alojados en la
plante de arriba sean los mismos que perdieron a Illesia y ahora intentan
recuperarla, ante todo hay que proteger a la chica, será mejor que intentemos pasar
desapercibidos. Saldremos con las primeras luces del alba.
Tras una noche
apacible y sin incidencias amanece, estamos tomándonos un frugal desayuno
cuando un hombre de unos 40 años y más ancho que alto cargado con una pesada mochila se nos acerca.
-Veo que partirán en seguida, ¿podría unirme a
vuestro grupo? Odio viajar solo, no me
vendría mal algo de compañía, viajo solo con Pati y la verdad es que no es muy
habladora.- Y sin dar tiempo a que contestemos añade.-Mi nombre es Rog Thunders, comerciante
mercader transeúnte a su servicio. Esperaré fuera a que terminéis.-
Pertrechamos
nuestros dos caballos junto con el de Harmish listos para partir seguidos por
Thunders y su mula Pati. A los pocos pasos se nos une Gotthold parece ser que
ha pasado la noche a la intemperie, no quiere que le acusen de cuatrero. La
mañana trascurre sin nada destacable mientras Thunders nos aburre con su charla.
-O mucho me equivoco o se van a agravar los
problemas entre los Dannet y los Steiguer, todo dependerá de lo que decida el Emperador. Uno de esos
condenados señores pasará a la historia, tan seguro como que…..bla bla bla, bla
bla bla…….-
-¡¡¡Silencio!!!- Susurra Barack. –Hay alguien en el camino.-
Shhuthhh, shuthhh. Vemos pasar varias saetas que se clavan en el
cuerpo de Thunders y de Thomas, afortunadamente nada de gravedad. Harmish no ha
tenido tanta suerte, yace en el suelo con un virote atravesándole el cuello, el
pobre se está ahogando en su propia sangre. Sin duda un fin merecido para tan
vil persona, aunque demasiado pronto para nuestros intereses.
Seis bandidos
salen al camino con sus armas en las manos y se dirigen hacia nosotros.
Desenfundamos nuestras armas y nos abalanzamos al combate. Tres de ellos se
intentan atrapar a la chica mientras otros tres se emparejan con Gotthold,
Eddrick y con Rog. Junto con el ogro me
interpongo entre los atacantes y la joven. Eddrick acierta con un tajo profundo en la pierna
derecha de uno de los bandidos que contraataca con un débil golpe debido al
dolor de la herida que Eddrick esquiva con facilidad a la vez que asesta un
golpe demoledor con su gran hacha sesgando la vida y medio cuerpo del infeliz
bandido. Gotthold por su parte asesta varios golpes con la maza a su rival que
se mantiene en pie con dificultad. Thomas se ha separado del grupo y acierta
con su honda en la espalda del rival que
esta emparejado con Rog, que no deja de chillar mientras se defiende con la
tapa de un barril que llevaba en su carreta. Mi contrincante me hace sudar,
esquivo y paro con dificultad sus veloces golpes mientras intento encontrar un
hueco en su guardia que me permita derrotarlo. De repente Rokatanski ruge enfurecido
y los bandidos lo miran atemorizados, la visión ante ti de un ogro de tres
metros enfurecido no debe de ser muy tranquilizadora, con su enorme garrote destroza las piernas de
uno de sus dos contrincantes y al siguiente golpe aplasta el cuerpo entero del
otro asaltante contra el suelo. Tanto Gotthold como yo aprovechamos la
distracción de nuestros rivales y atizamos sendos golpes mortales a nuestros
oponentes. Levanto la cabeza a tiempo de ver como Eddrick cercena la cabeza del
último bandido cuando éste se disponía a rematar en el suelo a un aterrorizado
e indefenso Rog.
Harmish Flores
ha muerto, nadie llorará su perdida, aunque ha desaparecido un testigo vital
para condenar al caballero zorro por sus viles actos.
Eddrick registra
los cuerpos de los caídos. Le da al joven Thomas 5 chelines de uno de los
asaltantes, el resto carece de valor.
Nada que nos diga si han sido enviados por alguien con algún propósito
más que nuestras bolsas.
Eddrick carga el
caballo de Harmish con sus pertenencias y seguimos caminando alerta y en
silencio ante la posibilidad de nuevos ataques. A mediodía nos detenemos a un
lado del camino para comer unas un poco de pan duro con queso. Tras el breve
descanso de pronto Rokatanski se pone en guardia, al instante siguiente miro
desconcertado, nos encontramos unos metros más adelante en el camino, Gotthold
nos mira mientras hace un signo contra la brujería y dispara una flecha hacia
la espesura del bosque. Nos dice que hemos estado hablando solos, según el mercenario
estamos malditos y creo que no es el único que piensa así después de haber
sufrido episodios similares a lo largo de los últimos días.
Continuamos el
viaje, Thunders nos dice que a una hora de marcha se encuentra la aldea de
Sutton. Seguimos adelante, Eddrick viaja junto a Illesia en actitud protectora. Debemos
protegerla, por fin el resto del grupo
se da cuenta de su importancia.
Al atardecer
llegamos a Sutton. En la plaza del pueblo se encuentra congregada gran cantidad
de personas en torno a una persona subida a un barril que intenta
desesperadamente calmar a los aldeanos. Finalmente la gente desiste y empieza a
marcharse a sus hogares. Rápidamente Thunders se apea del carromato y empieza a
pregonar a la vez que muestra todo tipo
de artículos, no pierde el tiempo el buhonero.
-¿Qué ocurre? Buen hombre- pregunto a un
anciano entre la muchedumbre.
-Hace dos días que no llegan suministros por el
camino imperial, parece ser que alguien o algo ha bloqueado el camino.- escupe al suelo
y nos mira.-Los pocos hombres que quedan
en la aldea no podrían defenderla ni de un ataque de cerdos, si los sarnosos
guardias de caminos no reabren el maldito camino moriremos de hambre.-
-Seguro que así será. Con la ayuda de Ulric pronto
quedará libre el camino.-
-Yo no estaría tan seguro.- contesta con
gesto agrio.-Hace un día una partida de hombres armados salió
de Sutton para averiguar qué ocurría y aún no ha vuelto ninguno, seguro que
están todos muertos como lo estaremos todos en pocos días.- y se aleja con paso tambaleante.
-Deberíamos volver a Middenheim, el bosque no es
seguro.- Dice Gotthold.
-Seguiremos adelante, a Ulric no le da miedo ningún bosque,
norteño.- Le contesto.
-Solo digo que volvamos o esperemos a que regrese
alguien con noticias de lo que ocurre, no es seguro seguir a ciegas por el
camino.- Añade
-Seguiremos por el camino al amanecer. Solo porque
no sepamos que ocurre no vamos a correr
a escondernos con el rabo entre las piernas.- respondo en tono
airado. Este norteño me avergüenza con
sus ridículos temores y cuentos de brujas.
Dicho esto
entramos en la posada donde pasaremos la noche. Justo cuando estamos entrando
vemos como un grupo de guerreros armados a caballo cruza el pueblo sin
detenerse y continúa por el camino. Los mercenarios nos han adelantado, al
menos no se han percatado de nuestra presencia.
Mientras tomamos
algo caliente en una mesa de la taberna nos enteramos de que hace un par de
días los Dannet pasaron por aquí y decidieron tomar otro camino hacia el sur
internándose en el Drakwald. Rog paga la cena, está muy contento, la tarde ha
ido bien para su bolsillo. Pasamos una tranquila noche en la habitación comunal
sin ninguna incidencia. Por la mañana antes de partir Eddrick nos informa que
ha descubierto que los problemas con el suministro tienen que ver con una mina
enana que hay a unas cuantas horas de camino.
Tras un rápido
desayuno nos ponemos en marcha. Para prevenir encuentros inesperados
Eddrick se adelanta un centenar de pasos
al resto del grupo y se interna en la espesura del bosque siguiendo los
márgenes del camino, nos avisará si ve algo extraño. A medio día regresa…
- Un poco más adelante hay una gran barricada que
corta el camino.- comenta Eddrick -Hay varias carretas varadas en un claro junto
al camino, así como varios viajeros. Están tranquilos, como si esperasen a que les dejaran paso…-
-Sera mejor que se adelante alguien al resto del
grupo, a ver qué se puede averiguar.- señala Barack.
-Iremos yo y el buhonero- Dice decidido
Eddrick -Nadie sospechara de nosotros.-
¡¡¡¡Fiiiuuuuiiiffff!!!! El silbido de Eddrick nos dice que no hay
peligro. Nos está esperando en medio del camino. Hay enorme barricada situada en una zona escarpada entre la
impenetrable espesura del bosque, está formada en parte por decenas de
vagonetas de minería amontonadas junto con toneles y troncos de árboles ,
situados en mitad de la carretera impidiendo el paso, parece ser obra de
enanos, pues varios de ellos están armados y vigilando desde la barricada.
-Mirad ahí.- Dice Eddrick asombrado mientras señala
a un grupo de personas.
-¡¡¡Por Ulric!!! No es posible, les vimos morir.- Digo alarmado.
A un lateral de
la vía tres cazadores de brujas sigmaritas, con parches en uno de los ojos, charlan alegremente mientras sus caballos
pacen a pocos metros. Son ellos, ¿cómo es posible? Está quien parece ser su
líder, Wilfred Torehbud, un hombre de mediana edad, rechoncho y calvo, junto
con sus dos compañeros, Jack Harnhess que es un hombre imponente, es alto y
musculoso de cabello oscuro, el lado izquierdo de su mandíbula está partido en
dos por una fea cicatriz ylo que más nos sorprende es que tiene ¡¡sus dos manos
intactas!! por último el joven rubio y fornido Julian
Tennan. Eddrick, Barack, yo e incluso Rokatanski nos miramos estupefactos sin dar crédito a lo que ven
nuestros ojos.
-Otra vez nos
encontramos.- Dice Wilfred que lleva un rato mirándonos. –Acercaos. Parece que hayáis visto un
fantasma. Venid y hablemos.-
-Si no sois un fantasma…¿Cómo , en nombre de Ulric,
os explicáis que estéis hablando con nosotros después de haber muerto a manos
de los hombres bestia?- Le digo mientras nos acercamos a ellos.
-Te equivocas amigo, cuando nos vimos la última
vez…..- contesta Jack
-Sshhh- le interrumpe Wilfred- No digas nada…. Todo a su tiempo, todavía
es pronto para ellos. No pueden saberlo.-
-Sentimos el malentendido durante los disturbios de Altdorf.-Comenta un
despreocupado Julian.
-¡Silencio!, aun no ha pasado.- el tono brusco y
cortante de Wilfred hace enmudecer al joven Julian, que acacha la cabeza
avergonzado.
-¡¡¡Os vi morir hace cuatro días cerca de Middenheim,
ibais tras un culto de Tzench cuando nos encontramos en el bosque. Estabas
herido y a tu compañero Julian había
perdido la mano derecha después os
vimos morir, vimos vuestros cuerpos sin
vida. Acaso sois demonios que quieren apresarnos. No quiero saber nada de vosotros!!!- Les grita Eddrick y se marcha lejos de ellos.
-Brujería.- susurra Gotthold mientras hace un raro
signo y se marcha con el leñador.
Barack y yo nos
sentamos junto a los cazadores de brujas y les contamos lo sucedido la última
vez que les vimos, así como que nos dirigimos a Altdorf con la hija de Ander
Steiger, Illesia. Wilfred asiente mientras escucha nuestro relato, parece que
no le sorprende nuestro relato aunque se muestra serio y apesadumbrado Nos dice
que van hacia Middenheim tras el rastro de un culto de Tzench que está actuando en
Middenheim, aunque no entra en detalles. Al ser preguntado al respecto nos dice
que los parches que llevan les protegen de algún modo del culto caótico
-Somos soldados en la lucha contra el caos, unos
pocos de muchos.- nos dice Wilfred.-Tal
vez algún día vosotros seáis capaces de hacer lo mismo. Hasta entonces deberéis
de ser cuidadosos en estos bosques.- Se levanta y modo de despedida añade.- En el nombre de Sigmar, que su gracia os
proteja.-
Tras la charla
Barack se acerca a hablar con los de su raza mientras yo informo al resto del
grupo de nuestro parlamento. Tras preparar nuestros pertrechos para pasar la
noche en el camino regresa Barack, nos comenta que al parecer los enanos se han
revelado y han cortado el camino, encontraron una veta rica en hierro, arriba
en la colina, llevan explotándola casi un año sin ningún percance y hace unos
pocos días fueron atacados por un grupo de guardias armados que destrozaron
todo, por si fuera poco después envenenaron el agua de los pozos y se
encuentran sin agua potable. Han cerrado el camino esperando así que cesen los
ataques y no lo abrirán hasta que estén seguros de no sufrir más ataques. Están
hartos de los reproches de los viajeros y teme que de un momento a otro empiece
una trifulca por parte de cualquiera de los dos bandos. Los viajeros acampados
han visto pasar por el bosque a un grupo
de mercenarios y a patrullas de caminos. Es posible que se trate de la nueva
banda del zorro que se hayan disfrazado de patrullas y sigan creando
desconcierto halla donde van, ignoramos con que propósito.
Comprobamos los
alrededores en busca de algún rastro y
Eddrick encuentra unas huellas difusas que se internan en el bosque rodeando la
colina, un poco más adelante hay signos de haber movido las rocas
recientemente, no logramos hallar nada más. Nos distribuimos en guardias de dos
y nos acostamos a dormir.
-No hagas ruido humano.- susurra
Barack en el oído de Eddrick.-Hay un grupo de asquerosos Skavens
asesinando a los humanos dormidos.- Eddrick comprueba con sus propios ojos a
un ser bajito y enclenque, vestido con mugrientos harapos de los que sale una
fea y rosada cola sin pelo, de la capucha que le cubre la cabeza sobresale un
feo hocico peludo que olfatea el aire a la vez que emite débiles chillidos. El
hedor es insoportable.
-¡¡¡Aaahhggrrrrr!!!- grita Gotthold
que tras ser despertado por Barack coge su arma y se abalanza contra la
criatura más cercana. El grito de guerra del norlandés nos despierta al resto
del grupo justo a tiempo de coger nuestras armas y defendernos de la primera oleada de estas pestilentes criaturas. Los viles
seres nos superan en número y nos rodean por todas partes, Eddrick y Thomas son heridos en la primera embestida y
más y más criaturas se suman al ataque desde la oscuridad. Cada uno de nosotros
tenemos a dos skavens al frente que no dejan de lanzarnos tajos con sus
cuchillos oxidados. Rokatanski aplasta a uno de ellos con un potente
garrotazo y rápidamente dos ratas más
ocupan el lugar del caído. Gotthold por su parte se ataca con la furia de Ulric
a sus rivales, tres criaturas le rodean y le lanzan cuchilladas por todas
partes, pero a sus pies yacen inertes en breves momentos y el was-jutón
sigue rugiendo un desafío cada vez que golpea fuertemente a otro de sus
rivales, de los cuales, uno le asesta una certera cuchillada en el hombro que
le hace rabiar de dolor. Thomas
se defiende como puede del ataque de dos de estos engendros, su perro
pulgoso muerde en una pierna a uno de ellos y éste le lanza una cuchillada en
el lomo que pone en fuga al lastimero animal. Thomas pierde por un momento la
concentración ante los dolorosos aullidos de su fiel compañero y lo paga con un
profundo corte en el brazo que le hace caer al suelo, su atacante salta sobre
él para rematarlo pero se ve lanzado por los aires tras un tremendo golpe del
garrote de Rokatanski que ruge enfurecido. Tal acción deja aterrorizado al otro
skaven que es aplastado por el ogro. Thomas aprovecha que no tiene ningún
enemigo encima y corre tras su chucho a lamerse las heridas, parece que le
vienen grandes estas alimañas al cazador de ratas. Eddrick se encuentra rodeado
de ratas, sangra por varios cortes, pero mantiene a raya a sus enemigos, los
barridos de su gran hacha han sesgado las extremidades y la vida de más de una
de esas alimañas. Yo por mi parte he acabado con dos hediondas criaturas y
lanzo una plegaria a Ulric con cada uno de mis golpes para que me de fuerzas y
logre acabar con el mayor numero de ellas, aunque poco a poco noto como mis
cansados músculos golpean cada vez con menos fuerza. Son demasiados, por cada
uno que matamos aparecen dos más para ocupar su lugar, parece que su número no
tiene fin, si estuviéramos organizados como Ulric manda podríamos aguantar
durante más tiempo…..
De repente una
potente canción cantada por decenas de voces que recuerda al golpear de la roca
inunda nuestros oídos. ¡¡¡Los enanos se han unido al combate!!! Cada golpe de
sus martillos, hachas o mazas deja a una de esas horribles alimañas sin vida.
Cada vez se oyen más agudos chillidos y los skavens que continúan con vida
huyen por doquier. ¡¡¡VICTORIA!!!
Doy gracias a
Ulric por haberme permitido sesgar la vida de estas infectas criaturas. En el
combate han perecido más de las dos
terceras partes de los acampados y todo está destrozado. Vamos a la zona donde
se encontraban los cazadores de brujas sigmaritas, parece ser que todos han
sobrevivido aunque están bastante heridos, sin embargo todos nos quedamos
estupefactos cuando Jack Harnhess se vuelve hacia nosotros y descubrimos que
lleva el brazo derecho en cabestrillo y allí donde debería de haber una mano
solo hay unas vendas manchadas de sangre. Todos están tal y como los vimos hace
dos días…….
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