martes, 13 de marzo de 2012

Capitulo III

        
En el interior de la posada nadie ha echado de menos a Harmish Flores, el grupo se sienta a una mesa y una rolliza camarera  se presenta como Marta, la dueña del local, junto a ellas otras tres mujeres se afanan en atender a los clientes.
-¿Hay alguna habitación disponible?- Pregunta  Thomas
-Todo está ocupado señores, solo queda hueco en la sala común.- Sonríe Marta.
-¿Seguro que no queda ninguna libre?- Insiste el chico mientras muestra una brillosa en la mano.
-No tengo por costumbre molestara mis huéspedes, mucho menos a siete mercenarios armados que han pagado por adelantado. No hay ningún otro sitio donde alojarse por los alrededores así que los señores dirán…- contesta impaciente.
-Comida y cerveza para todos.- gruñe Barack.
Thomas paga con una corona de oro que nos ha entregado Rokatanski para correr con los gastos hasta llegar a Altdorf, teniendo en cuenta lo que come el ogro está claro que lo suyo no son las matemáticas. Mientras nos sirve un plato de estofado le pedimos a la camarera que nos prepare unas viandas para mañana y nos enteramos que los hombres armados llegaron a caballo a última hora de la tarde, son extranjeros y se dirigen hacia el sur. Últimamente muchos soldados de la casa Dannet están viajando hacia el sur. No habrá diligencia alguna antes de tres días.
Tras llenar nuestras barrigas nos arrebujamos en la esquina mas apartada y disponemos las guardias para dormir un poco. Seguimos en territorio Dannet,   probablemente los mercenarios alojados en la plante de arriba sean los mismos que perdieron a Illesia y ahora intentan recuperarla, ante todo hay que proteger a la chica,  será mejor que intentemos pasar desapercibidos. Saldremos con las primeras luces del alba.
Tras una noche apacible y sin incidencias amanece, estamos tomándonos un frugal desayuno cuando un hombre de unos 40 años y más ancho que alto  cargado con una pesada mochila se nos acerca.
-Veo que partirán en seguida, ¿podría unirme a vuestro  grupo? Odio viajar solo, no me vendría mal algo de compañía, viajo solo con Pati y la verdad es que no es muy habladora.- Y sin dar tiempo a que contestemos añade.-Mi nombre es Rog Thunders, comerciante mercader transeúnte a su servicio. Esperaré fuera a que terminéis.-
Pertrechamos nuestros dos caballos junto con el de Harmish listos para partir seguidos por Thunders y su mula Pati. A los pocos pasos se nos une Gotthold parece ser que ha pasado la noche a la intemperie, no quiere que le acusen de cuatrero. La mañana trascurre sin nada destacable  mientras Thunders nos aburre con su charla.
-O mucho me equivoco o se van a agravar los problemas entre los Dannet y los Steiguer, todo dependerá de lo  que decida el Emperador. Uno de esos condenados señores pasará a la historia, tan seguro como que…..bla bla bla, bla bla bla…….-
-¡¡¡Silencio!!!- Susurra Barack. –Hay alguien en el camino.-
Shhuthhh, shuthhh.  Vemos pasar varias saetas que se clavan en el cuerpo de Thunders y de Thomas, afortunadamente nada de gravedad. Harmish no ha tenido tanta suerte, yace en el suelo con un virote atravesándole el cuello, el pobre se está ahogando en su propia sangre. Sin duda un fin merecido para tan vil persona, aunque demasiado pronto para nuestros intereses.
Seis bandidos salen al camino con sus armas en las manos y se dirigen hacia nosotros. Desenfundamos nuestras armas y nos abalanzamos al combate. Tres de ellos se intentan atrapar a la chica mientras otros tres se emparejan con Gotthold, Eddrick y con Rog.  Junto con el ogro me interpongo entre los atacantes y la joven. Eddrick  acierta con un tajo profundo en la pierna derecha de uno de los bandidos que contraataca con un débil golpe debido al dolor de la herida que Eddrick esquiva con facilidad a la vez que asesta un golpe demoledor con su gran hacha sesgando la vida y medio cuerpo del infeliz bandido. Gotthold por su parte asesta varios golpes con la maza a su rival que se mantiene en pie con dificultad. Thomas se ha separado del grupo y acierta con su honda  en la espalda del rival que esta emparejado con Rog, que no deja de chillar mientras se defiende con la tapa de un barril que llevaba en su carreta. Mi contrincante me hace sudar, esquivo y paro con dificultad sus veloces golpes mientras intento encontrar un hueco en su guardia que me permita derrotarlo. De repente Rokatanski ruge enfurecido y los bandidos lo miran atemorizados, la visión ante ti de un ogro de tres metros enfurecido no debe de ser muy tranquilizadora,  con su enorme garrote destroza las piernas de uno de sus dos contrincantes y al siguiente golpe aplasta el cuerpo entero del otro asaltante contra el suelo. Tanto Gotthold como yo aprovechamos la distracción de nuestros rivales y atizamos sendos golpes mortales a nuestros oponentes. Levanto la cabeza a tiempo de ver como Eddrick cercena la cabeza del último bandido cuando éste se disponía a rematar en el suelo a un aterrorizado e indefenso Rog.
Harmish Flores ha muerto, nadie llorará su perdida, aunque ha desaparecido un testigo vital para condenar al caballero zorro por sus viles actos.
Eddrick registra los cuerpos de los caídos. Le da al joven Thomas 5 chelines de uno de los asaltantes, el resto carece de valor.  Nada que nos diga si han sido enviados por alguien con algún propósito más que nuestras bolsas.
Eddrick carga el caballo de Harmish con sus pertenencias y seguimos caminando alerta y en silencio ante la posibilidad de nuevos ataques. A mediodía nos detenemos a un lado del camino para comer unas un poco de pan duro con queso. Tras el breve descanso de pronto Rokatanski se pone en guardia, al instante siguiente miro desconcertado, nos encontramos unos metros más adelante en el camino, Gotthold nos mira mientras hace un signo contra la brujería y dispara una flecha hacia la espesura del bosque. Nos dice que hemos estado hablando solos, según el mercenario estamos malditos y creo que no es el único que piensa así después de haber sufrido episodios similares a lo largo de los últimos días.
Continuamos el viaje, Thunders nos dice que a una hora de marcha se encuentra la aldea de Sutton. Seguimos adelante, Eddrick viaja junto a  Illesia en actitud protectora. Debemos protegerla,  por fin el resto del grupo se da cuenta de su importancia.
Al atardecer llegamos a Sutton. En la plaza del pueblo se encuentra congregada gran cantidad de personas en torno a una persona subida a un barril que intenta desesperadamente calmar a los aldeanos. Finalmente la gente desiste y empieza a marcharse a sus hogares. Rápidamente Thunders se apea del carromato y empieza a pregonar  a la vez que muestra todo tipo de artículos, no pierde el tiempo el buhonero.
-¿Qué ocurre? Buen hombre- pregunto a un anciano entre la muchedumbre.
-Hace dos días que no llegan suministros por el camino imperial, parece ser que alguien o algo ha bloqueado el camino.- escupe al suelo y nos mira.-Los pocos hombres que quedan en la aldea no podrían defenderla ni de un ataque de cerdos, si los sarnosos guardias de caminos no reabren el maldito camino moriremos de hambre.-
-Seguro que así será. Con la ayuda de Ulric pronto quedará libre el camino.-
-Yo no estaría tan seguro.- contesta con gesto agrio.-Hace  un día una partida de hombres armados salió de Sutton para averiguar qué ocurría y aún no ha vuelto ninguno, seguro que están todos muertos como lo estaremos todos en pocos días.- y se aleja  con paso tambaleante.
-Deberíamos volver a Middenheim, el bosque no es seguro.- Dice Gotthold.
-Seguiremos adelante, a Ulric no le da miedo ningún bosque, norteño.- Le contesto.
-Solo digo que volvamos o esperemos a que regrese alguien con noticias de lo que ocurre, no es seguro seguir a ciegas por el camino.- Añade
-Seguiremos por el camino al amanecer. Solo porque no sepamos que ocurre no vamos a correr  a escondernos con el rabo entre las piernas.- respondo en tono airado. Este norteño me  avergüenza con sus ridículos temores y cuentos de brujas.
Dicho esto entramos en la posada donde pasaremos la noche. Justo cuando estamos entrando vemos como un grupo de guerreros armados a caballo cruza el pueblo sin detenerse y continúa por el camino. Los mercenarios nos han adelantado, al menos no se han percatado de nuestra presencia.
Mientras tomamos algo caliente en una mesa de la taberna nos enteramos de que hace un par de días los Dannet pasaron por aquí y decidieron tomar otro camino hacia el sur internándose en el Drakwald.  Rog  paga la cena, está muy contento, la tarde ha ido bien para su bolsillo. Pasamos una tranquila noche en la habitación comunal sin ninguna incidencia. Por la mañana antes de partir Eddrick nos informa que ha descubierto que los problemas con el suministro tienen que ver con una mina enana que hay a unas cuantas horas de camino.
Tras un rápido desayuno nos ponemos en marcha. Para prevenir encuentros inesperados Eddrick  se adelanta un centenar de pasos al resto del grupo y se interna en la espesura del bosque siguiendo los márgenes del camino, nos avisará si ve algo extraño. A medio día regresa…
- Un poco más adelante hay una gran barricada que corta el camino.- comenta Eddrick  -Hay varias carretas varadas en un claro junto al camino, así como varios viajeros. Están tranquilos, como si esperasen  a que les dejaran paso…-
-Sera mejor que se adelante alguien al resto del grupo, a ver qué se puede averiguar.- señala Barack.
-Iremos yo y el buhonero- Dice decidido Eddrick -Nadie sospechara de nosotros.-
¡¡¡¡Fiiiuuuuiiiffff!!!!  El silbido de Eddrick nos dice que no hay peligro. Nos está esperando en medio del camino. Hay enorme barricada  situada en una zona escarpada entre la impenetrable espesura del bosque, está formada en parte por decenas de vagonetas de minería amontonadas junto con toneles y troncos de árboles , situados en mitad de la carretera impidiendo el paso, parece ser obra de enanos, pues varios de ellos están armados y vigilando desde la barricada.
-Mirad ahí.- Dice Eddrick asombrado mientras señala a un grupo de personas.
-¡¡¡Por Ulric!!! No es posible, les vimos morir.- Digo alarmado.
A un lateral de la vía tres cazadores de brujas sigmaritas, con parches en uno de los  ojos, charlan alegremente mientras sus caballos pacen a pocos metros. Son ellos, ¿cómo es posible? Está quien parece ser su líder, Wilfred Torehbud, un hombre de mediana edad, rechoncho y calvo, junto con sus dos compañeros, Jack Harnhess que es un hombre imponente, es alto y musculoso de cabello oscuro, el lado izquierdo de su mandíbula está partido en dos por una fea cicatriz ylo que más nos sorprende es que tiene ¡¡sus dos manos intactas!!   por último el joven rubio y fornido Julian Tennan. Eddrick, Barack, yo e incluso Rokatanski nos miramos  estupefactos sin dar crédito a lo que ven nuestros ojos.
-Otra vez  nos encontramos.- Dice Wilfred que lleva un rato mirándonos. –Acercaos. Parece que hayáis visto un fantasma. Venid y hablemos.-
-Si no sois un fantasma…¿Cómo , en nombre de Ulric, os explicáis que estéis hablando con nosotros después de haber muerto a manos de los hombres bestia?- Le digo mientras nos acercamos a ellos.
-Te equivocas amigo, cuando nos vimos la última vez…..- contesta Jack
-Sshhh- le interrumpe Wilfred- No digas nada…. Todo a su tiempo, todavía es pronto para ellos. No pueden saberlo.-
-Sentimos el malentendido  durante los disturbios de Altdorf.-Comenta un despreocupado  Julian.
-¡Silencio!, aun no ha pasado.- el tono brusco y cortante de Wilfred hace enmudecer al joven Julian, que acacha la cabeza avergonzado.
-¡¡¡Os vi morir hace cuatro días cerca de Middenheim, ibais tras un culto de Tzench cuando nos encontramos en el bosque. Estabas herido y a tu compañero Julian  había perdido la mano derecha después  os vimos  morir, vimos vuestros cuerpos sin vida. Acaso sois demonios que quieren apresarnos.  No quiero saber nada de vosotros!!!-  Les grita Eddrick y se marcha lejos de ellos.
-Brujería.- susurra Gotthold mientras hace un raro signo y se marcha con el leñador.
Barack y yo nos sentamos junto a los cazadores de brujas y les contamos lo sucedido la última vez que les vimos, así como que nos dirigimos a Altdorf con la hija de Ander Steiger, Illesia. Wilfred asiente mientras escucha nuestro relato, parece que no le sorprende nuestro relato aunque se muestra serio y apesadumbrado Nos dice que van hacia Middenheim tras el rastro de  un culto de Tzench que está actuando en Middenheim, aunque no entra en detalles. Al ser preguntado al respecto nos dice que los parches que llevan les protegen de algún modo del culto caótico
-Somos soldados en la lucha contra el caos, unos pocos de muchos.- nos dice Wilfred.-Tal vez algún día vosotros seáis capaces de hacer lo mismo. Hasta entonces deberéis de ser cuidadosos en estos bosques.- Se levanta y modo de despedida añade.- En el nombre de Sigmar, que su gracia os proteja.-
Tras la charla Barack se acerca a hablar con los de su raza mientras yo informo al resto del grupo de nuestro parlamento. Tras preparar nuestros pertrechos para pasar la noche en el camino regresa Barack, nos comenta que al parecer los enanos se han revelado y han cortado el camino, encontraron una veta rica en hierro, arriba en la colina, llevan explotándola casi un año sin ningún percance y hace unos pocos días fueron atacados por un grupo de guardias armados que destrozaron todo, por si fuera poco después envenenaron el agua de los pozos y se encuentran sin agua potable. Han cerrado el camino esperando así que cesen los ataques y no lo abrirán hasta que estén seguros de no sufrir más ataques. Están hartos de los reproches de los viajeros y teme que de un momento a otro empiece una trifulca por parte de cualquiera de los dos bandos. Los viajeros acampados han visto pasar por el bosque  a un grupo de mercenarios y a patrullas de caminos. Es posible que se trate de la nueva banda del zorro que se hayan disfrazado de patrullas y sigan creando desconcierto halla donde van, ignoramos con que propósito.
Comprobamos los alrededores en busca de algún rastro  y Eddrick encuentra unas huellas difusas que se internan en el bosque rodeando la colina, un poco más adelante hay signos de haber movido las rocas recientemente, no logramos hallar nada más. Nos distribuimos en guardias de dos y nos acostamos a dormir.
-No hagas ruido humano.- susurra Barack  en el oído de Eddrick.-Hay un grupo de asquerosos Skavens asesinando a los humanos dormidos.- Eddrick comprueba con sus propios ojos a un ser bajito y enclenque, vestido con mugrientos harapos de los que sale una fea y rosada cola sin pelo, de la capucha que le cubre la cabeza sobresale un feo hocico peludo que olfatea el aire a la vez que emite débiles chillidos. El hedor es insoportable.
-¡¡¡Aaahhggrrrrr!!!- grita Gotthold que tras ser despertado por Barack coge su arma y se abalanza contra la criatura más cercana. El grito de guerra del norlandés nos despierta al resto del grupo justo a tiempo de coger nuestras armas y defendernos de la primera  oleada  de estas pestilentes criaturas. Los viles seres nos superan en número y nos rodean por todas partes, Eddrick  y Thomas son heridos en la primera embestida y más y más criaturas se suman al ataque desde la oscuridad. Cada uno de nosotros tenemos a dos skavens al frente que no dejan de lanzarnos tajos con sus cuchillos oxidados. Rokatanski aplasta a uno de ellos con un potente garrotazo  y rápidamente dos ratas más ocupan el lugar del  caído. Gotthold por su parte se ataca con la furia de Ulric a sus rivales, tres criaturas le rodean y le lanzan cuchilladas por todas partes, pero a sus pies yacen inertes en breves momentos y el was-jutón sigue rugiendo un desafío cada vez que golpea fuertemente a otro de sus rivales, de los cuales, uno le asesta una certera cuchillada en el hombro que le hace rabiar de dolor. Thomas  se defiende como puede del ataque de dos de estos engendros, su perro pulgoso muerde en una pierna a uno de ellos y éste le lanza una cuchillada en el lomo que pone en fuga al lastimero animal. Thomas pierde por un momento la concentración ante los dolorosos aullidos de su fiel compañero y lo paga con un profundo corte en el brazo que le hace caer al suelo, su atacante salta sobre él para rematarlo pero se ve lanzado por los aires tras un tremendo golpe del garrote de Rokatanski que ruge enfurecido. Tal acción deja aterrorizado al otro skaven que es aplastado por el ogro. Thomas aprovecha que no tiene ningún enemigo encima y corre tras su chucho a lamerse las heridas, parece que le vienen grandes estas alimañas al cazador de ratas. Eddrick se encuentra rodeado de ratas, sangra por varios cortes, pero mantiene a raya a sus enemigos, los barridos de su gran hacha han sesgado las extremidades y la vida de más de una de esas alimañas. Yo por mi parte he acabado con dos hediondas criaturas y lanzo una plegaria a Ulric con cada uno de mis golpes para que me de fuerzas y logre acabar con el mayor numero de ellas, aunque poco a poco noto como mis cansados músculos golpean cada vez con menos fuerza. Son demasiados, por cada uno que matamos aparecen dos más para ocupar su lugar, parece que su número no tiene fin, si estuviéramos organizados como Ulric manda podríamos aguantar durante más tiempo…..
De repente una potente canción cantada por decenas de voces que recuerda al golpear de la roca inunda nuestros oídos. ¡¡¡Los enanos se han unido al combate!!! Cada golpe de sus martillos, hachas o mazas deja a una de esas horribles alimañas sin vida. Cada vez se oyen más agudos chillidos y los skavens que continúan con vida huyen por doquier. ¡¡¡VICTORIA!!!
Doy gracias a Ulric por haberme permitido sesgar la vida de estas infectas criaturas. En el combate han perecido más de las  dos terceras partes de los acampados y todo está destrozado. Vamos a la zona donde se encontraban los cazadores de brujas sigmaritas, parece ser que todos han sobrevivido aunque están bastante heridos, sin embargo todos nos quedamos estupefactos cuando Jack Harnhess se vuelve hacia nosotros y descubrimos que lleva el brazo derecho en cabestrillo y allí donde debería de haber una mano solo hay unas vendas manchadas de sangre. Todos están tal y como los vimos hace dos días…….



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